El cine del exceso

La concepción de la preponderancia de la narración en el cine, característica primordial del cine clásico de Hollywood, ha sido superada por un cine del exceso. Cómo podemos comprobar en el anuncio de Nike, en detrimento de la narración, el elemento preponderante es la estética, o lo que es lo mismo: los efectos visuales. A pesar de que continúa existiendo una narración en la historia, para el público no es el principal motivo para mirarlo. Justo al contrario, lo que cautiva a los espectadores son los efectos visuales y sonoros.

A diferencias del cine clásico de Holliwood que está dirigido a espectadores predispuestos a invertir un cierto tiempo a mirar la película, el nuevo discurso televisivo, por el cual ha sido creado principalmente este anuncio, es consciente de que su público no cuenta con esta predisposición inicial. De este modo, con los spots televisivos se intenta captar la atención de los telespectadores de manera instantánea con los efectos visuales. No olvidemos que un anuncio siempre está condicionado por el tiempo y una cierta estigmatización por parte del telespectador. De hecho, casi nadie mira la televisión por los anuncios.

Con todo esto, podemos afirmar que el cine del exceso aporta a los espectadores una emoción y un placer tecnológico generado con aspectos visuales y sonoros. Por lo tanto, se aleja de la concepción del cine clásico de Hollywood donde el placer se generaba en base a la narración y el conocimiento que esta desprendía.

Aun así, existen varías similitudes con el relato cinematográfico clásico como la ordenación de los acontecimientos, dentro de una cierta lógica a partir de la casualidad, donde los acontecimientos narrados tienen como causa uno de anterior, y son a su vez causa del posterior. En definitiva, los hechos narrados responden a la lógica de causa-efecto o acción-reacción. De este modo, a pesar de que las imágenes no correspondan al mismo partido, podemos ver la progresión de los jugadores, como una narración lógica y estructurada.

Otro aspecto en que coinciden este anuncio y el relato cinematográfico clásico de Hollywood es la noción del observador invisible y de la ocultación de la producción. Todo y la técnica que hay detrás de la elaboración de este spot, al mirarlo parece que estemos al mismo terreno de juego, incluso que formamos parte del equipo; nos hace sentir parte de la historia. En este sentido, por el seguimiento que hace la cámara a las acciones que parece emular a un jugador. Podemos decir que el enfoque cognitivo de ocularización cero puesto que los planes no comportan la mirada de ningún personaje concreto, sino, a la de un grande imaginador donde la presencia del cual puede ser más o menos evidente que en este caso, por los movimientos de cámara, mencionados evidencian su presencia.

Otro aspecto en común que parece encajar a la perfección entre este dos modelos es que el uso técnico obedezca a la misión de transmitir información de la historia por parte de los personajes centrando en, este caso, los cuerpos los puntos focal de atención.

Otro elemento importante del discurso narrativo audiovisual es el espacio puesto que generalmente este no acostumbra a ser descrito por el narrador principal, sino, mostrado, y por lo tanto visto. El concepto raccord, como figura expresiva de la relación entre dos espacios mostrados, nos será de utilidad para analizar la articulación entre los significados espaciales. De este modo, como apuntaba anteriormente, se ha construido una narración con una coherencia estructural tan elevada que las acciones parecen formar parte de un mismo partido donde las únicas muestras que evidencian el contrario son los cambios de camiseta de los jugadores o las condiciones climáticas. Aun así, el raccord también implica una dinámica temporal puesto que cómo he dicho los hecho no corresponden al mismo partido. Este anuncio, rehuyendo de los planes rigurosamente continuos, se ha construido en base a una serie de saltos temporales. Dentro de las relaciones temporales posibles entre dos planes que nos propone Noël Burch diremos que se trata de una elipse indefinida que consiste en una avance temporal. Es decir, tal como el caso de una prolepsi, una elipse indefinida interrumpe la línea temporal para explicar un hecho del futuro. De este modo, podemos ver como la narración va avanzando con una serie de jugadas clave de los jugadores en cuestión. Esta elipsis indefinida se sugiere al espectador, de forma muy sutil para aportar credibilidad, con los cambios de indumentaria de los jugadores así como con los cambios lo la climatología.

Con todo esto, podemos decir que este anuncio ejemplifica a la perfección el cine del exceso puesto que la principal atención está formada en los movimientos inverosímiles de los jugadores que quedan acompañados a la perfección por una melodía épica al más estilo Braveheart. Por lo tanto, tal como pasa en el cine del exceso, en detrimento de la narración, es un anuncio fundamentado por la narrativa estética de las imágenes y la emoción tecnológica que esta aporta a los espectadores.

De hecho, el exceso se todo aquello que resulta suplementario a la narración y, en casos como el de este spot, hacen perder de vista por completo la narración. De este modo, una vez hemos visto el anuncio no sabemos muy bien cuál es el mensaje que querían transmitir o qué era la historia en si, pero eso sí, es un anuncio espectacular que ha pagado la pena mirarlo.

Por lo tanto, cuando en las narraciones, como es el caso, aparecen con toda su magnitud estos elementos complementarios es cuando podemos hablar de cine del exceso y este anuncio es una clara muestra.